Distribuir
el poder, devolver la soberanía y la capacidad de decisión a la gente y las
comunidades, ese es un objetivo fundamental de la democracia social. Pero la
democracia también requiere garantizar derechos básicos, como salud, educación
y pensiones, y un lugar digno donde vivir, no sólo en lo que respecta al hogar,
sino también en el país, la región, la ciudad y, especialmente, la comuna.
Se requiere
cambiar la forma en que se toman las decisiones, de concebir las instituciones
y la relación con la gente. Requerimos gestionar la ciudad entre todas y todos.
Una forma colectiva, pero también transparente y eficiente de tomar las
decisiones, configura nuestro horizonte próximo, donde se han de proscribir las
malas prácticas de las instituciones, generar mayor sentido común y bien
público, disminuir la burocratización y abordar los problemas concretos de las
personas y familias.
Una
democracia requiere de derechos, de participación, transparencia, autogestión,
distribución del poder y control ciudadano. La democracia no puede ser ya una
serie de procedimientos o un régimen político, la democracia debe ser social.
A
continuación, presentamos una cadena de iniciativas, especialmente orientadas a
la gestión de los gobiernos locales, para avanzar en una mayor profundización
de la democracia y la participación.
1. CAMBIO A LA CONSTITUCIÓN DE LA REPUBLICA.
Un límite
estructural a la democracia en Chile es la existencia del régimen de la
Constitución de 1980 impuesta en Dictadura. Pero no sólo por su ilegitimidad de
origen es que este régimen es nocivo (en los veinte años de gobierno la
Concertación hizo todo para legitimarla, especialmente con la firma de Ricardo Lagos),
sino porque es obsoleta ante una sociedad con mayor demanda de participación,
que genera nuevas identidades colectivas y formas de organización; asimismo, la
Constitución resguarda el traspasó de los derechos a los intereses del mercado
y enriquece a una minoría privilegiada, lo que configura el principal eje de
desigualdad en nuestro país.
En este
sentido, la Municipalidad y las instituciones democráticas deben promover un
proceso constituyente para impulsar transformaciones democráticas y sociales
ampliamente sentidas y reclamadas por la gente.
2. COGOBIERNO ENTRE MUNICIPIO Y SOCIEDAD CIVIL.
Descongestionar
la participación ciudadana y la gestión municipal, generando formas de democratización
concretas y efectivas, promoviendo el protagonismo de las Juntas de Vecinos, Unión Comunal, Centros
Culturales y otras organizaciones de la sociedad civil, con tal que asuman
mayor responsabilidad y se conviertan en instrumentos de planificación,
participación y gestión de servicios y bienes públicos.
Estas
instituciones de la sociedad civil deben poder reunirse sistemáticamente,
deliberar, plantear propuestas para ser acogida por el Municipio e incluso
gestionar; por supuesto a un ritmo propio de gente que trabaja, estudia o es
adulto mayor. Además, el Municipio debe disponer de personal técnico para
abordar el fortalecimiento de la sociedad civil organizada.
La
cogestión entre municipalidad y sociedad civil no sólo cuestiona la
externalización de los servicios a empresas privadas por parte de la
municipalidad, sino que también crea una alternativa de desarrollo. Por lo
demás, también aumenta la efectividad de todos los proyectos, puesto que está
demostrado que la cooperación vecinal y los vínculos sociales, profundizan
todos los fenómenos que se intenta mejorar, como la salud, la crianza, la
seguridad, la educación, el envejecimiento, etc.
El sentido
de pertenencia y de cooperación también se expresa en el caso de las decisiones
políticas locales que se tomen, aumentando a su vez la transparencia y
disminuyendo la corrupción. Asimismo, pone una mayor acentuación de la
importancia de los bienes comunes de los territorios, como los cerros, ríos,
parques, canales, entre otros.
3. MEJORAR LA REPRESENTATIVIDAD Y RENDICIÓN DE CUENTAS.
Se requiere
una segunda vuelta en las elecciones de las y los alcaldes. Las y los ediles de
las comunas, hoy son electos con menos del 20% de la capacidad de la votación
total de las comunas.
También se
requiere establecer y legitimar que concejalas y concejales sean de la comuna de
donde son electos. Así como que la concejalía tenga mayores responsabilidades, sin
que esto implique un aumento de su sueldo.
Mejorar el
sistema de designación de sedes electorales, para que las vecinas y vecinos no
tengan inconvenientes en trasladarse.
Que las
cuentas públicas sean pormenorizadas y no testimoniales como son ahora. Y que
todo representante electo deba realizarla.
Se han de
promover consultas e iniciativas ciudadanas, rendición de cuentas, revocatorios
de mandato y presupuestos participativos por barrios y para la comuna.
Todas estas
iniciativas deben tener una expresión también en el mundo digital, ya sea para
la deliberación como la fiscalización.
4. PRESUPUESTO PARTICIPATIVO.
La
ciudadanía podrá promover y priorizar proyectos, basados en sus necesidades, a
los que se asignará una parte del presupuesto municipal, fomentando así un
mejor conocimiento por parte de la ciudadanía y fortalecer el tejido asociativo
de la resolución de los problemas urbanos y
democratizando la priorización de medidas por motivos económicos… Debe
promoverse que el porcentaje del presupuesto participativo vaya aumentando
progresivamente en función de la experiencia y resultados obtenidos… Así
también, los proyectos deben tener una priorización y calendarización basado en
un proceso de democracia participativa, donde la votación como mecanismo
resolutivo sólo debe implementarse después de la búsqueda de consensos.
5. INVERSIONES DE GRAN IMPACTO ECONÓMICO, ECOLÓGICO Y SOCIAL.
Las inversiones
de gran impacto a la comuna, para las personas y la naturaleza, así como de
mayor gasto económico (mayor presupuesto), deben estar abiertas al debate
público y a la trasparencia. Los cambios del plan regulador, por ejemplo, no
pueden ser aprobados sólo con participación de empresas (actores con mayor
poder económico), y la instalación de empresas como hidroeléctricas o
basurales, no pueden decidirse en los ministerios u oficinas. Deben ser
deliberados por la sociedad civil, a partir de una propuesta institucional detallada,
que explique inversiones, objetivos, beneficiarios, impacto ambiental y social.
6. RENDICIÓN DE CUENTA Y TRANSPARENCIA.
Crear un
sistema de rendición de cuentas y transparencia de los altos cargos municipales
y corporaciones municipales, ya que el uso de los recursos y bienes municipales
no sólo deben responder a la transparencia, la eficiencia y la legalidad, sino
también a la ética y el interés público.
La
corrupción no es el único problema ético y económico que se presenta, también
existen otras permisibilidades legales que van en contra del bien común. Y no
sólo se debe responder respecto a los gastos económicos, sino de los distintos
recursos, como el tiempo de trabajo, vehículos, equipamiento y recursos humanos.
Por esto,
se debe dar cuenta periódicamente de forma pública a la ciudadanía. Además, se han
de tomar medidas en casos de incumplimientos de compromisos o
responsabilidades, existiendo procesos de penalización y hasta revocación de
cargos.
7. PROCEDIMIENTOS DE CONTRATACIÓN.
Más y
mejores procedimientos de contratación en las municipalidades y corporaciones
municipales, que sean transparentes y participativos. Los recursos públicos son
un bien común y su redistribución debe ser transparente, equitativa y justa.
Las
contrataciones de bienes, obras y servicios que adjudican las administraciones son
una herramienta clave en el reparto de oportunidades.
La
contratación o subcontratación de empresas privadas, expertos o asesores, o
shows artísticos u otro tipo de gastos, deben estar abiertos a procedimientos
públicos, donde la gente pueda dar su opinión.
Todas estas
decisiones deben quedar para la posteridad e ir profundizándose
progresivamente, por lo que se deben escribir protocolos y manuales.
8. PROTAGONISMO DE TRABAJADORAS Y TRABAJADORES MUNICIPALES.
Impulsar el
protagonismo de trabajadoras y trabajadores municipales y de las corporaciones
municipales en el servicio público. Los partidos políticos en el poder local
utilizan la institucionalidad para instalar a sus próximos candidatos y
candidatas, ubicándolos en lugares estratégicos para hacer campaña durante
cuatro años con recursos públicos. O también recurren a la contratación por
honorarios de expertos que, por lo demás, pertenecen a sus partidos o familias…
Una forma de cambiar esto, es que se reconozca con plenitud el servicio público
de todas y todos los trabajadores y no sólo de los “jefes” o “jefas”, las caras
visibles de las áreas municipales. Son las miles de funcionarias y funcionarios
quienes son la base de la municipalidad. La capacidad y experiencia de las y
los trabajadores deben ser valoradas, promovidas y sociabilizadas.
Para esto,
se debe priorizar en la función de cada trabajador y trabajadora y no recurrir
a expertos externos ni posicionar la figura del “jefe” o “jefa” en vista a una
candidatura. Hay que implementar mecanismos
que expresen la labor y creatividad de cada funcionario. Descentralizar
las funciones más públicas, las que están más en contacto con la gente, y que
sean asumidas colectivamente, en equipo.
Asimismo, acercar
la gestión a la ciudadanía y a los territorios, reforzando en conjunto la
gestión misma y su evaluación. Que los servicios sean más abiertos,
compartidos, para que, por lo demás, den mejores respuestas y soluciones a las
personas.
9. PLAN NUESTRO BARRIO INTEGRAL.
Generar una
reforma integral de las poblaciones, barrios y villas de la comuna, con la
implicación de las personas y la sociedad civil organizada… Hay barrios más
expuestos a la segregación, a la violencia, a la marginalidad, terrenos
baldíos, basurales, y otros con mejor calidad de vida. Se debe distribuir de
mejor manera el bienestar y los derechos sociales. No se puede concentrar la
población con mejor calidad de vida en un sector o zona y las familias más
segregadas en otras. Incluso las instituciones municipales suelen situarse en
las zonas centrales de las comunas, creando así un centro y una periferia,
reproduciendo la desigualdad de los territorios.
Por eso
debemos entender los barrios como espacios de oportunidades y de protección,
esenciales para la cohesión social. Hay que impulsar una regeneración urbana,
de áreas verdes, centros deportivos, descentralización de instituciones y el comercio.
Generar una
planificación, un plan de barrios integrales debe ser un compromiso de la
institución con la gente, quienes, además, deben ser protagonistas en esta
iniciativa.
10. LAS AUDIENCIAS PÚBLICAS Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA.
Las audiencias
públicas y participación ciudadana, además de transmisión por medios de
comunicación y las redes sociales, son elementos hoy esenciales para la
democracia, la transparencia y participación. La ciudadanía debe tener la
capacidad de representarse a sí misma y contribuir a las decisiones.
Hay que
crear un nuevo concepto de audiencia pública, para asegurar que esta sea
pormenorizada y no sólo testimonial, como es hasta ahora. Se deben generar
compromisos concretos y fechas de ejecución, además de espacios de
fiscalización del avance de esos compromisos y difusión de la información y las
decisiones que se tomen en la gestión y ejecución.
También se
debe contar con emisión en directo y registro de las audiencias y reuniones públicas
y del concejo municipal, con participación vecinal y de medios de comunicación
comunales presentes.
Esto debe
ir de la mano con un mejoramiento de las plataformas y portales web
institucionales, que sean más accesibles y transparentes. Que no sólo se suba
el acta de las reuniones (cuestión que muchas veces se hace con meses de atraso),
sino que quede el registro en vivo.
Esto
también va orientado a crear una ciudadanía informada, responsable, por lo que
se debe también promover la creación de observatorios ciudadanos y medios de
comunicación local. De este modo, además de la plataforma institucional
centralizada, debe también potenciarse la descentralización y transparencia de
la información y la creación de contenido comunicacional ciudadano.
11. NUEVOS CANALES Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN COMUNITARIOS.
La
municipalidad debe contribuir a la creación de nuevos canales y medios de
comunicación por parte de los colectivos o las comunidades que lo soliciten y
que respondan a necesidades de la ciudadanía y sus barrios. Hay que
descentralizar la información y combatir los monopolios informativos.
Dar soporte
humano y material a los proyectos comunitarios ya existentes para contribuir a
su consolidación, a la producción de contenidos y potenciar su difusión y crear
otros nuevos.
Asimismo,
hay que promover dentro de los medios de comunicación públicos el ejercicio
pleno del derecho a la información y la libertad de expresión en un marco
plural que fomente la formación de una opinión pública informada.
12. OFICINA MUNICIPAL ANTICORRUPCIÓN Y DE AUDITORIA PÚBLICA.
Crear una
oficina municipal anticorrupción y auditoría de los costes y las deudas
municipales y corporaciones municipales. La corrupción atenta contra el bien
común, genera privilegios para unos pocos y supone dilapidación de los recursos
públicos. Para hacerle frente son necesarios mecanismos de denuncia que
permitan una actuación ágil, rápida y eficaz, y órganos independientes del
poder político y económico. De esa manera, se organiza el sistema de denuncias
para que sean eficientes y efectivas y se puedan llevar a cabo los cambios
necesarios.
Por lo
demás, la creación de una oficina anticorrupción que, a su vez, dialogue con
los observatorios ciudadanos, está orientada no sólo al correcto uso de los
bines públicos, sino a la creación de una ciudadanía empoderada y democrática.
13. CULTURA E IDENTIDAD LOCAL.
Priorizar
las presentaciones artísticas y culturales locales, así como la asociatividad
de la diversidad social, asegurando su protección y respeto. Hacer una especial
promoción a la organización de personas y familias pertenecientes a pueblos
originarios, con sus formas de organización propia, su idioma y economía.
Disminuir
al máximo la contratación de artistas foráneos. Promover centros culturales,
espacios de organización de artistas, que vayan mejorando su calidad y
profesionalizando su trabajo. Lo que, además, contribuye a potenciar la
identidad local y la participación ciudadana.
Esto
requiere destinar recursos, espacios públicos y equipamiento. Apoyo en la
creación de personalidades jurídicas y cuentas bancarias, para que los centros
culturales u otras organizaciones postulen a fondos públicos. Oficinas que
presten asesoría o capacitación en gestión cultural y productiva.
14. COMUNIDAD MIGRANTE.
¿Qué pasa
con las personas y familias migrantes? ¿No tienen también derecho a la vida
pública? ¿No son parte de la sociedad civil? Se debe dialogar con las y los
migrantes y generar procesos de inclusión, para el pleno ejercicio de los derechos
humanos y también para combatir el racismo como fenómeno nocivo. Los migrantes
deben acceder a información, representación y participación. Y especialmente
niñas y niños deben encontrar en la comuna, espacios recreativos y de
sociabilización.
15. JUVENTUD.
Participación
y formación ciudadana de la juventud. Queremos una ciudadanía crítica,
implicada y comprometida, y esto requiere potenciar y facilitar la
participación de las y los jóvenes. No sólo con el ofrecimiento de más espacios
culturales o productivos (huertos, talleres, etc.), sino también para la autogestión
y la decisión ciudadana.
Hacer de
los jóvenes protagonistas con el bienestar de la gente, de la comuna, en la
lucha contra la soledad, la drogadicción y la violencia (delincuencia, racismo,
homofobia, machismo, etc).
Además, los
jóvenes pueden contribuir a fortalecer lazos intergeneracionales, para su
propio aprendizaje, para el bien de la sociedad y el bienestar de adultos
mayores que también han de contribuir para crear una mejor sociedad para todas
y todos.
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