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Sobre los lineamientos generales para el Primer Congreso del Frente Amplio: resumen y análisis del documento de la Mesa Nacional, 25 de enero 2019.


La Mesa Nacional del Frente Amplio (FA) ha emitido, este enero de 2019, un documento con los lineamientos generales para el Primer Congreso de nuestra coalición, cuya etapa congresal propiamente tal se desarrollará en los meses de abril, mayo y junio de 2019, quedando para agosto su proceso de plenaria y cierre.

Con dicho documento, se establece un marco de acuerdo y se busca garantizar la plena participación de las organizaciones políticas y sociales, ya sean locales, nacionales o sectoriales, así como de independientes. Tiene por objetivo, además, suscitar el compromiso de todas y todos los “frenteamplistas” para construir un gran hito político y social, popular y ciudadano, tanto para nuestra coalición como para el país. 

1. ENCUADRE Y OBJETIVO.

En este acápite se establece en primer lugar que el FA ha surgido con el objetivo de “construir una alternativa política capaz de asumir las transformaciones estructurales que requiere Chile”.

Se destaca que el mismo año de la constitución del FA (enero 2017) se logró una enorme votación en las elecciones nacionales (noviembre de 2017), obteniendo “un 20% de apoyo a la candidatura presidencial de Beatriz Sánchez y la elección de 20 diputados y un senador por la coalición”, a los que habría que agregar 20 Consejeros Regionales (16.6%).

Luego se agrega que “Transcurrido ya más de un año de esa elección y diez meses desde que asumió el nuevo gobierno y parlamento, se ha diagnosticado la necesidad de reagrupar al conjunto de esfuerzos políticos y sociales que dieron cuerpo a esta nueva alternativa, por medio de la realización de un Congreso del Frente Amplio”.

Subrayamos este párrafo porque pareciera expresar que en todo este tiempo no se ha trabajado con unidad, de ahí “la necesidad de reagrupar al conjunto”. Habría que aclarar si esto es un problema de redacción, de percepción o político. A nosotros nos parece que son las tres razones.

Y es que, si bien en términos de votaciones, leyes y proyectos, el FA ha trabajado colectivamente, esto también expresa la centralidad que han ocupado las instituciones (parlamento y consejos regionales), quedando sus partidos y movimientos descoordinados, generándose disputadas entre unos y otros y al interior de ellos mismos, así como, lo que es igualmente grabe, reduciéndose sustantivamente la participación del FA en los movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil.

El documento plantea que el Congreso busca “la coordinación interna entre las diversas fuerzas políticas, movimientos sociales e independientes; se establezcan prioridades políticas para este nuevo ciclo y se potencien las discusiones y el trabajo político en los espacios territoriales”, teniendo por objetivo “generar el más amplio diálogo posible no sólo con la comunidad frenteamplista, sino con todas las organizaciones sociales, culturales, poblacionales, etc. que vean en el FA una herramienta política para empujar las transformaciones que Chile necesita”.

Veamos punto por punto:

1. Coordinación interna. Esta tarea debe considerar las dinámicas internas de los partidos y movimientos, la coordinación entre los partidos y movimientos, con los independientes “frenteamplistas” (ya sean activistas, inscritas e inscritos o sólo votantes o simpatizantes), así como en conjunto a movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil dentro o fuera del FA.

2. Establecer prioridades políticas para este nuevo ciclo. Para esto se debe tener una lectura compartida de las condiciones del ciclo político nacional, pero también considerar una lectura regional y global. Un elemento que tensionará esta discusión será la de “unirse todos contra la derecha”, idea que (siendo de algunos sectores partidistas y minoritarios) ha ido quedando como un simple eslogan ya que los partidos de la vieja Nueva Mayoría −no sólo la DC y el PR−, no han mostrado ni autocritica ni compromiso con las transformaciones estructurales; o, por el contrario, fortalecer al Frente Amplio como tercera fuerza para las próximas elecciones municipales. Esta segunda opción, que es la que apoyan la mayoría (especialmente los independientes), requiere de un enorme esfuerzo puesto que la principal debilidad de esta tesis radica en el fortalecimiento de la derecha ante la división de la izquierda y la centroizquierda o del mundo progresista. Sin embargo, si todo el FA está de acuerdo con el principio de que hay que “construir una alternativa política capaz de asumir las transformaciones estructurales que requiere Chile”, la tesis de la tercera fuerza es la única política consecuente, aunque sea la que más plantea desafíos.

Y 3. Potenciar las discusiones y el trabajo político en los espacios territoriales. Que los puntos de la coordinación interna y los espacios territoriales estén separados, expresa que el FA no ha sido capaz de construir territorio y que sigue primando una lógica que separa al propio FA con la sociedad civil. Por lo demás, cuando se dice “espacios territoriales”, probablemente en lo que se está pensando es en los “territorios del FA”, cuestión absolutamente nociva si llegase a derivar en una instrumentalización electoral, cuestión que ya pasó en las elecciones de 2017. Los territorios deben ser pensados como sociedad civil y sentido común, compromiso del FA con las necesidades y los anhelos de la gente, sobre todo cuando el desafío de 2020 es afrontar las elecciones Municipales, es decir, la cuestión del gobierno local.

2. CARÁCTER.

El carácter del Congreso será político y programático, con orientación hacia lo comunal, poniendo prioridad para el ciclo 2019-2020.

Antes de valorar la voluntad de abordar estos elementos tan necesarios, hemos de señalar que no es una incongruencia el carácter con los objetivos, puesto que si bien pareciera ser que en los objetivos se pone el acento en los elementos orgánicos, siempre la política debe definir lo orgánico. En este sentido, nuevamente la necesidad de una política de mayorías, centrada en lo social y la sociedad civil o, como se ha dicho, de cara a la ciudadanía, es fundamental.   

En el ámbito político se busca precisar y consensuar definiciones políticas, como por ejemplo la relación con el gobierno; la relación con otras fuerzas de oposición y con las organizaciones sociales. Este último elemento debe ser desarrollado con mayor profundidad, en tanto que debe considerar a los movimientos sociales (estudiantil, feminista, mapuche, de trabajadores, socioambiental, entre otros) y grupos de interés (animalistas, LGTBI+ y otros que promueven una ampliación y profundización de los derechos); pero también se debe considerar una mirada más amplia hacia la sociedad civil en general, puesto que en una sociedad neoliberal como la nuestra, un porcentaje sustantivo de la ciudadania no está organizada y aún más, se encuentra despolitizada.

El documento plantea que tras el año 2018, el Programa de Muchos (la agenda política programática de las elecciones de 2017) “requiere empalmarse con los procesos y luchas de los movimientos sociales por un lado, y  en la actividad parlamentaria,  por otro”. Nuevamente se plantea la relación con la sociedad civil como una relación entre el FA y las “organizaciones sociales” o “movimientos sociales”, ámbitos de suma importancia, pero que tampoco nos pueden hacer olvidar a la sociedad más liquida, menos comprometida, más “silenciosa”, porque ésta sigue siendo mayoría y un actor importante para la derecha. La derecha no interpela a los movimientos sociales, sino a la mayoría nacional, seduciéndola con temas de seguridad y más empleo, así como proyectos de beneficencia social.

Además, si el periodo que se quiere abordar es el ciclo 2019-2020, el debate en tornos los gobiernos locales, los municipios, las comunas, la sociedad civil, deben ir tomando protagonismo. A esto hace referencia “lo programático con orientación hacia lo comunal”.

El documento señala que “queremos poder encuadrar y precisar la política que llevaremos adelante en las comunas y en los frentes de acción; el rol de las organizaciones sociales en las mismas; su relación con el poder local, etc.”.

Se aclara que se quiere ir “más allá del tema electoral”, hacia un proyecto de sociedad, teniendo como eje central “alcanzar la calidad y estilo de vida que aspiramos a construir localmente”. En este sentido “se espera definir propuestas que al implementarse encaminen la vida comunal en la dirección proyectada, además de evaluar el papel de los gobiernos locales en el marco de esta estrategia”.

Un último tema, pero de suma importancia, sobre todo considerando las debilidades actuales del FA y la centralidad que tomó a lo largo de 2018 la política institucional, en desmedro del trabajo con la sociedad civil,  es la cuestión de “la forma de funcionamiento de base del Frente Amplio y las relaciones entre las orgánicas políticas, sociales e individuos independientes que adhieren al proyecto frenteamplista presentes en las comunas, con el objetivo de mejorar la manera en que el FA se desenvuelve y procede”.

Aquí, las tensiones que se han planteado son la lejanía del FA con el trabajo de base, la debilidad general de los territorios y el enraizamiento, la falta de vínculos sociales, la lógica de toma de decisiones de arriba hacia abajo, la falta de democracia en algunas organizaciones del FA donde las listas electorales, por ejemplo, se conforman por su equipo dirigente, la falta de construir en conjunto FA por parte de articulaciones de los distintos partidos, movimientos e independientes.

Construir masiva y democráticamente FA, volvernos una alternativa real, con arraigo y vínculo social, son algunas de las oportunidades y desafíos que nos presenta nuestro Primer Congreso.

3. TEMAS PREVIOS: COMISIÓN CONGRESO Y FINANZAS.

Entre los temas previos se ha definido ya la creación de una Comisión Congreso, que tendrá como tarea  preparar los insumos, metodología y coordinación;  ordenar las conclusiones y crear una síntesis con los consensos y disensos, que sirva como base de trabajo en el plenario; coordinar la organización y desarrollo del plenario y la realización del referéndum, en caso de que éste sea necesario y se acuerde.

Para asegurar a la Comisión Congreso “los atributos de representatividad, pero que, a su vez, sea operativa y sus miembros cuenten con la experiencia organizativa necesaria”, se acordó que la Mesa Nacional Orgánica del FA asumiera la tarea de la Comisión Congreso. Esta decisión, implicó además que la antigua Comisión Territorial (de la que se esperaba en las bases ocupará un rol en la preparación del Congreso) haya dejado de existir.

Si consideramos que la Comisión Territorial era un órgano creado y compuesto por los distintos comunales del FA (organizados en los Macro Zonales)  y la Mesa Nacional Orgánica una creación de la Mesa Nacional, no podemos dejar de señalar dos cosas: primero, que se operó nuevamente con la lógica de arriba hacia abajo, pero, segundo, al constatar la debilidad innegable de los territorios (donde los Macro Zonales no estaban funcionando) se requería tomar una decisión pragmática como esa. Esperemos que la lógica esta decisión, sin embargo, no se vuelva un hábito y que este 2019, se revierta la debilidad de base social y territorial del FA. 

Respecto al tema de financiamiento, no basta con que se decrete que sea autofinanciado, cuestión que es sin duda fundamental; también se debe considerar la absoluta transparencia en torno a dicho autofinanciamiento por las organizaciones y personas pertenecientes al FA; así como el rol que debe tener en toda organización política las finanzas: ser un espacio de coordinación, compromiso y crecimiento orgánico.

4. DESARROLLO DEL CONGRESO.

Se definieron tres momentos de desarrollo del Congreso: 1. Etapa Preparatoria, 2. Etapa Congresal y 3. Plenario. De no lograr acuerdos mayoritarios en todos los puntos en estas etapas, se podrá realizar una cuarta etapa de Referéndum (4) para resolver los temas en disenso.

1. La Etapa Preparatoria  tiene por objetivo preparar los documentos, lineamientos políticos, fichas metodológicas, hitos comunicacionales y de apoyo para dar inicio al Congreso. Asimismo,  precisará su forma de funcionamiento y participación, requisitos para participar, etc. Estas acciones pueden ser a nivel nacional, pero principalmente a nivel comunal y de frentes.

2. La segunda etapa es la del  desarrollo del Congreso propiamente tal. Tendrá una duración de 8 a 10 semanas (de los meses de abril, mayo y junio) y se estructura con cuatro hitos congresales. I. Rol del FA en el proceso transformador de Chile, su tarea en la oposición y el desafío en la construcción de alternativas de futuro; II. Prioridades programáticas, articulación con las luchas sociales y la actividad parlamentaria, para una agenda frenteamplista 2019-2020; III. La comuna que queremos y la política para alcanzarla. El papel de la disputa electoral municipal en esos procesos; y IV. Identificar y proponer elementos que contribuyan al funcionamiento y relación de los colectivos y orgánicas del FA, atendiendo a la incorporación y trabajo con las organizaciones sociales locales…

La Etapa Congresal se realizará en los territorios, en los frentes y en los grupos programáticos (ex-GAP). Esta es la orientación general. Sin embargo, se ha acordado que pueda haber un criterio excepcional para que puedan participar movimientos u organizaciones sociales que no puedan adecuarse a la lógica territorial, de frentes o grupos temáticos, situaciones que se verán caso a caso en la Comisión Congreso o en la Mesa Nacional. En estos casos excepcionales, es de suma importancia que, ya sea la Comisión Congreso o la Mesa Nacional, consulten y consideren la opinión de los territorios y las bases, puesto que ellas son las que conocen a los actores locales. Aquí el elemento de seguridad y de protección del FA y del Congreso debe ser un criterio a considerar a cada momento, debido, por un lado, a la debilidad y marginación actual de muchas organizaciones políticas antineoliberales que intentarán desplegar una dinámica “entrista” hacia el FA, y por otro, los mañosos y viciosos hábitos de los operadores políticos y partidos satélites de la antigua Nueva Mayoría.   

Será tarea de los colectivos frenteamplistas presentes en cada comuna, el realizar una convocatoria a participar en las discusiones del Congreso con la intención de lograr la participación de organizaciones de todo tipo (sociales, culturales, poblacionales, vecinales, etc.). En el caso de comunas en las cuales no exista un comunal frenteamplista, se pueden realizar encuentros autoconvocados de Congreso, cuya metodología de convocatoria y de funcionamiento serán determinadas en la etapa preparatoria… A los representantes del FA por elección popular del FA (Concejales, Alcaldes, Cores, Diputados y Senadores) se le encomienda también participen y ayuden al desarrollo de los hitos congresales en sus territorios.

3. El Plenario tendrá una duración de dos días, en el mes de agosto. En el Plenario se presentará la síntesis elaborada por la Comisión Congreso de acuerdos y disensos respecto a los temas discutidos en la Etapa Congresal… Se ratifican los consensos y se debaten aquellos puntos que presentan más de una opción, que deben ser aprobados con un 66% de votos de los delegados acreditados en la jornada… Los delegados al plenario serán determinados por las orgánicas del FA, las organizaciones y movimientos sociales y los independientes (que para estos efectos serán considerados como una organización más). Habrá respeto de paridad de género en el plenario, con un máximo de un 60% de cualquier género. El número de delegados por organización estará determinado por la cantidad de sus miembros que hayan asistido al menos al 50% de las reuniones de los hitos congresales. Existirán delegados territoriales, delegados de frentes y grupos programáticos; de direcciones nacionales de organizaciones sociales y políticas, incluyendo orgánicas del FA, participantes del proceso de congreso; y delegados por cargos de representación popular del FA asistirán por derecho propio.

4. Y último, el Referéndum: en caso que existan mociones que no alcanzaren los dos tercios de aprobación en el plenario, estas pasarán a ser votados en referéndum siempre y cuando haya acuerdo de una mayoría de los delegados del Congreso. Para participar del Referéndum se tiene que haber participado en la Etapa Congresal cumpliendo los requisitos establecidos.

5. REFLEXIÓN FINAL.

El Primer Congreso de este 2019 y las elecciones municipales de 2020, nos dan la oportunidad y nos plantean el enorme desafío de construir FA en los territorios, desarrollando arraigo y vínculos sociales, convergencia política desde las bases, con la ciudadanía y los sectores populares, además de los movimientos sociales.

El Congreso no puede ser una instancia hermética, una instancia partidaria. Es nuestro deber que, así como lo debe ser el FA, el Congreso sea también una instancia de la propia ciudadanía, sus necesidades y anhelos. Esto implica generosidad en la construcción política, incorporando a más personas y organizaciones. Pero, por lo mismo, el nivel de organización y seguridad debe ser también monumental.

En una coyuntura nacional, regional y global de crisis del modelo neoliberal, debido al malestar, desigualdad, explotación y desposesión que genera en las grandes mayorías, la derecha y autoritarismos reaccionarios están tomando la iniciativa y avanzando. El FA tiene la responsabilidad de  disputar los nuevos marcos de sentido de la sociedad, por lo que debemos estar en la calle con la gente, en los territorios, organizaciones sociales, medios de comunicación, instituciones públicas, iniciativas culturales. 

Se nos presenta un enorme trabajo de pedagogía política y cívica, y el Primer Congreso debe convertirse en un gran hito nacional para toda la ciudadanía. Debemos discutir acerca de cómo contribuir a mejorar las condiciones de vida de las personas, sus familias y comunidades, darles un nuevo sentido, propagando el valor de la participación, los bienes públicos y la solidaridad; impulsar una nueva ética entre política y políticos; y demostrar que la política puede hacerse por personas normales, tensionando la actual y limitada democracia representativa. Del Primer Congreso debe salir una organización de mayorías sociales.

Por último, debemos comprender que el Frente Amplio no puede ser sólo una plataforma de articulación electoral, sino una coalición político-social con un proyecto político nacional, un proyecto de país.

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